Milenios antes de la llegada del
cristianismo, los pueblos indoeuropeos celebraban el nacimiento del dios del
Sol y la Fertilidad, Frey, adornando un árbol perenne en fechas próximas a la
actual Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo,
llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la
morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín, el
dios principal de la mitología nórdica) y en las raíces más profundas
estaba Helheim (el reino de los muertos).
Con la evangelización de esos pueblos, los
cristianos tomaron esa tradición transformando su significado para celebrar el
nacimiento de Jesús. Se cree que fue San Bonifacio, evangelizador de
Alemania, quien pegó un vuelco a la tradición pagana del árbol y a su
significado, al cortar con un hacha un árbol que representaba al Yggdrasil y
plantar en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de
Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado
original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de
Jesucristo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las velas se transformaron
en esferas, luces, ángeles, lazos, piñas, campanas, tórtolas, guirnaldas y
otros símbolos navideños que varían un poco en función de la cultura de cada
país, reservándose un lugar de honor para la estrella o el ángel de Navidad,
que tradicionalmente se coloca en la punta.
Después se agregó la tradición de poner
regalos para los niños bajo el árbol, enviados por San Nicolás (también
conocido como Santa Claus o Papá Noel) o los Reyes Magos, dependiendo
la leyenda cultural de la zona donde se encuentre el árbol.
Elementos decorativos del árbol de Navidad y su simbología
La tradición de adornar el árbol navideño se
inició en Alemania, en el siglo XVI, cuando un árbol fue decorado para
ambientar el frío de la Navidad. Esta costumbre se difundió por todo el mundo y
llegó a Finlandia y luego a Gran Bretaña, Francia, Puerto Rico, China y
Japón en el siglo XIX. Después, en la época de la colonización, la
tradición de decorar un abeto en Navidad saltó de Inglaterra a Estados
Unidos, donde se atribuye a August Imgard, un hombre de Ohio, la instalación
del primer árbol navideño, en 1847. A partir de ese momento, la cultura
norteamericana ha sido abanderada en materia de decoración de
Navidad. El árbol navideño no llegó a España hasta principios del
siglo XX.
Para su decoración se emplea en la actualidad
una gran diversidad de objetos y elementos, siendo los más tradicionales:
- Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que
debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella de Belén.
- Esfera: al parecer en un principio San Bonifacio adornó el árbol con
manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra
a colocar bolas o esferas, que simbolizan los dones de Dios a los hombres.
- Lazos: Siempre se ha pensado que los lazos representan la unión de las
familias y personas queridas alrededor de dones que se desean dar y
recibir.
- Luces: en un principio fueron velas, y representan la luz de
Cristo.
Significado religioso
El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso, de cuyos frutos
comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original pero también
representa al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne.
La forma triangular del árbol (por ser
generalmente una conífera, con particular incidencia del abeto) representa a la
Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante el Adviento se
diferencian por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:
- El azul las oraciones de reconciliación.
- El plata las oraciones de agradecimiento.
- El oro las de alabanza.
- El verde de abundancia, fortaleza y de
naturaleza.