La
Historia de la evolución de los Animales.
La historia de la evolución de los animales
como puede imaginar no ha sido algo inmediato, se ha ido cociendo “a fuego
lento”. Se dice que la vida en nuestro planeta Tierra nació hace unos 2000
millones de años. Desde esta fecha hasta hace unos 570 millones, fueron
apareciendo los invertebrados primigenios. Estos son los primeros pasos, pero
vamos a seguir mostrándote más de dicha evolución.
Conociendo más sobre la evolución de los
animales en nuestro planeta
La era del paleozoico, tiene seis periodos
(cámbrico, ordovícico, silúrico, devónico, carbonífero y pérmico),
prolongándose durante unos 340 millones de años, hasta la épica triásica (230
millones de años). Trilobites y branquiópodos llegaron a la cúspide cuando
nacieron los primeros vertebrados.
En el periodo silúrico ocurrió que las plantas comenzaron a
conquistar tierra firme y esto hizo que luego lo hicieran después los animales.
Después de los anfibios y los insectos, aparecieron los reptiles que fueron
extendiéndose por el planeta hace unos 280 millones de años, una época en la
que los que se extinguieron fueron los trilobites.
La época mesozoica duró del orden de 165
millones de años y en él hay tres periodos diferenciado (triásico, jurásico y
cretácico). Si vamos al primero, el de mayor antigüedad, nacieron los
mamíferos. Los reptiles prosiguieron con su predominio en el planeta, que iría
reduciéndose hasta que al final de este periodo se extinguieron los
dinosaurios.
En el cenozoico, que empezó hace 65 millones
de años y que se extiende hasta nuestros días, podemos dividirlo en dos
periodos principales claramente diferenciados:
el terciario que dura hasta hace 2 millones de años y el cuaternario que
empezó en esta fecha.
El principio de esta última era se vio
marcado por un despliegue y la adaptación de los mamíferos, que fueron
configurando los respectivos órdenes hasta la actualidad. A mediados del terciario nacieron los
póngidos y ya cerca del cuaternario los homínidos.
Al inicio del cuaternario se fueron
produciendo las glaciaciones primeras que fueron las que llevaron a que se
extinguiesen los mamíferos de mayor tamaño. En el caso de los homínidos, fueron
evolucionando hasta crear una especie tan conocida como nosotros mismos, el ser
humano.
Ya has podido ver, que la evolución de los
animales ha sido un proceso de lo más complejo y dilatado en el tiempo. Esta
evolución de la que hablamos no para, por lo que aunque lógicamente nosotros no
lo notemos, el planeta sigue evolucionando y no se detiene, donde la naturaleza
es la que obra los cambios. ¿Cuál será el próximo paso?
Historia de la Evolución del Conejo.
Es un animal mamífero muy primitivo.
Considerado como uno de los animales más antiguos, conociéndose desde la
prehistoria.
Se desconoce el origen de esta especie, pero
algunos científicos afirman que proceden del Asia Central, desde donde emigró
hacia Europa. Además es posible que el clima frío del norte europeo obligara a
estos animales a establecerse en climas más templados, como la zona del litoral
mediterráneo de España y el norte de África.
Pero la teoría más aceptada es la de la
migración europea.
Los fenicios son los primeros en testimoniar
en sus escritos sobre el conejo, en sus relatos referidos a expediciones en el
norte de África y Península Ibérica, denominando a esta última zona con el
nombre de TIERRA DE CONEJOS - I- SHE -
FAN - IM, término que posteriormente latinizado surgió con el nombre de
Hisfania o Hispania.
Los romanos representaron en sus cerámicas
con gran fidelidad al conejo, por lo que se supone que fue un animal popular y
apreciado por su carne. Además los trasladaron a distintas partes del Imperio
con lo que se consiguió la difusión de la especie en otras partes del mundo.
En la Edad Media, los monjes y religiosos
condicionaron la domesticación, pues era una fuente rica en carnes, a pesar de
que por ese entonces se lo consideraba sólo como presa de caza.
Los conejos se fueron extendiendo por
distintas partes del mundo, hasta convertirse, como en Australia, en 1880, en
una plaga, lo que ocasionó al gobierno serios problemas para controlarlos. Sin
embargo en otros medios como en las estepas rusas, los desiertos o bien en las
tiraderas americanas no se conseguía su reproducción ya sea por falta de recursos
alimenticios o bien por los depredadores de las
zonas.
La cría en cautividad, en jaulas, se inició
recién a principios del siglo 18 y en la mitad del siglo se promovieron las
distintas razas sobre la base de las diferencias morfológicas que se acentuaban
con la cautividad.
Actualmente en el mundo hay entre 60 o 70
razas distintas, por sus subvariedades según su talla y color.
Es evidente que domesticar una especie
salvaje puede modificar su morfología y
sus hábitos para resultar un animal dócil y prolífico que incorporado a la
ganadería presente un gran interés para el hombre por la calidad de sus
producciones.
Historia
de la evolución del Perro.
Actualmente tenemos mucha información sobre
los perros y todos los criterios de las razas están completamente establecidos,
pero a lo largo de la historia esto no ha sido así. De hecho originariamente se
establecía una distinción muchísimo más simple, distinguiendo los perros por el
tamaño. Así teníamos a perros pequeños y a perros grandes.
Y la función de estos pues la marcaba su
tamaño por regla general. Las razas más grandes eran utilizadas para labores de
fuerza al aire libre, mientras que las pequeñas se usaban para cazar pequeñas
plagas.
Los perros en el antiguo Egipto y en la
antigua Roma
Si hablamos de la evolución de los perros a
lo largo de la historia, el primer pasaje en el que nos queremos detener es en
el antiguo Egipto, en el que descubrimos que los perros ya estaban considerados
como mascotas. Y no solo eso, sino que éstos también tenían nombre. Este dato
lo sabemos porque se han encontrado inscripciones en muchas tumbas egipcias.
Ya en la antigua Roma encontramos a grandes
molosos entrenados para el combate. Antepasados de los mastines también fueron
utilizados como perros guardianes. Una curiosidad la encontramos en Pompeya, en
la que ya se utilizaba la famosa advertencia “Cuidado con el perro" en las
puertas de las casas. La inscripción en latín era "Cave Canem".
Aparición de los mini perros
En el año 1000 AC, en China, aparece la moda
por los mini perros. La corte imperial se encaprichó del happa, un pequeño
perro rechoncho de nariz aplastada. Al cruzar éstos con los malteses se crearon
los pekineses. Los chinos limitaban el crecimiento de los cachorros cruzados
cerrándolos en diminutas jaulas y aplastando los hocicos con palos de madera.
Las primeras distinciones entre razas
En el S.XII las cortes reales europeas
comienzan una primera distinción entre razas, decretando que solo la corte real
tenía derecho a tener mastines de caza y galgos, las dos variedades principales
de la época.
Si alguien tenía alguna de las dos razas sin
pertenecer a la corte podían hacerse excepciones, pero se veían obligados a
cortarles las garras para que los perros no pudieran herir a los ciervos
reservados para las cacerías reales.
De esta manera comienzan las distinciones de
los perros de raza. Esta distinción, que duró hasta el S.XX, fue de la mano de
la clase social. La nobleza y la aristocracia seleccionaban ellos mismos las
razas. Los perros eran utilizados para la caza y también para animales
domésticos. Los campesinos y más tarde los obreros crearon sus propios perros
al trabajo.
Anécdotas de la realeza y sus perros
Varias cortes reales de Europa poseían
infinidad de perros y no faltan anécdotas sobre el comportamiento excéntrico de
los soberanos con los perros. Por ejemplo Enrique VII condenó a muerte en la
horca a uno de sus mastines por atacar a uno de los leones de la casa real. El
pobre perro fue condenado a muerte por el delito de traición a la patria.
Enrique VIII decapitó a su segunda esposa,
Ana Bolena, en 1536 y ordenó el mismo día también decapitar a Urian, el perro
favorito de la antigua reina.
Los perros y la navegación
Durante los Siglos XVI y XVII los marineros,
los colonos y los soldados europeos cruzaron el océano llevando con ellos a sus
perros. De sus periplos por nuevos mundos trajeron nuevas variedades que
aceleraron la hibridación de la especie canina.
Clase obrera de perros
La revolución industrial en Europa y en
Estados Unidos llevada a cabo en el S.XIX fue la responsable directa de lo que
podemos llamar “clase obrera de perros”. Muchos agricultores se sienten
atraídos por la ciudad en busca de trabajo y los perros se convierten en
herramientas de trabajo.
Ni que decir tiene que estos animales tenían
una existencia llena sufrimiento. Algunos eran entrenados para girar
incansablemente ruedas que movían brocas en hornos asadores o que accionaban bombas
de agua. Otros se utilizan para tirar de carros que entregan leche. Muchos
perros se utilizan como auxiliares para llevar diferentes objetos.
Primeros perros de rescate
No obstante no todos eran trabajos abusivos.
En esa época aparecen por ejemplo los primeros perros de rescate. Éstos
aparecen en París, y era un intento para acabar con el aumento alarmante de
suicidios por ahogamiento en el Sena . El equipo de rescate lo formaban 7
perros terranova, conocidos por sus cualidades de nadadores. Rápidamente se
convirtió en el perro favorito de París.
Primeras exposiciones caninas
Es a principios del Siglo XIX cuando surgen
en Europa y en Estados Unidos las clases medias que comienzan a tener perros
como mascotas. Este hecho no estaba ya solo reservado a la aristocracia.
A mediados del siglo los criadores y los
comerciantes comienzan a organizar las primeras exposiciones, para que todo el
mundo pudiera admirar las nuevas variedades de perros que llegaban. Con las
exposiciones también llegan los primeros estándares caninos.
Historia
de la evolución del Gato.
La historia del gato se basa sobre todo en la
percepción que el hombre tiene del pequeño felino. Se cree que la domesticación
del gato comenzó entre el 7500 a. C. y el 7000 a. C. La visión que el hombre
tiene del gato difiere totalmente de una época a otra, siendo desde La
antigüedad, cuando lo veneraban, hasta la Edad media, cuando los quemaban en
las hogueras, pensando que era un animal diabólico.
Etimología
Aunque al gato se le llamaba myeou en el
Alto-Egipto, haciendo referencia a la onomatopeya de su maullido, a las hembras
las llamaban techau, nombre que han encontrado grabado en muchas tumbas de
mujeres. De este término deriva el nombre chaus, que ahora denomina a un gato
salvaje de Egipto y de Asia, Felis chaus.
Después se le atribuye el nombre de qato en
siríaco. Parece que ésta sea la verdadera raíz del término italiano gatto. Sin
embargo hay otros orígenes posibles, sobre todo el adjetivo latino cautus, que
significa astuto o agudo, o también el verbo francés guetter en el sentido de
espiar, ya que el gato es un animal activo que tiene la vista y el oído siempre
alerta. Algunos etimologistas creen que se trata de una fantasía, ya que el uso
de la expresión gato se empieza a usar en Egipto varios siglos antes de la
aparición del gato en Atenas, Roma o en la Galia. A pesar de todo no es fácil
diferenciar, en los textos antiguos, al gato de otros cazadores de ratas como
la marta, la garduña, o la comadreja. Los griegos llaman a los gatos ailouros,
que significa «animal que mueve la cola». Este término se conservó para
denominar a los amantes de los animales: los ailurofílicos.
En la Edad Media, gatti o cattine fella
designaban las pieles de gato. En esa época también se usaban otros términos
para designar al gato doméstico. Todos empiezan por la palabra latina mus, que
significa ratón. Encontramos sobre todo musio, murio, murilegus y muriceps.
Estas denominaciones muestran hasta qué punto está intrínsecamente ligado el
gato a la caza de ratones.
La palabra gato reemplazó al felis latino
genérico. Parece que este término no sea resultante del latino catus, prudente,
ni de catulus, cachorro de perro, ni de captura, sino que vendría de África,
donde se dice kadista en nubio antiguo, qato en siríaco, kattos o katta en
griego o del árabe quett.
Partiendo de esta base podemos identificar el
término gato en muchas lenguas aunque con ligeras modificaciones, a diferencia
de perro, cuyas sonoridades difieren totalmente. Así que tenemos chat en
francés, cat en inglés, katze en alemán, gato en español, gat en catalán, katu
en euskera, katt en sueco, gatto en italiano, kat en holandés y en danés, por
ejemplo.
No es hasta el siglo XVI cuando aparecen
términos derivados de gato, como gatito o gatera.
Origen del gato.
Los gatos actuales comparten un antepasado
común que probablemente esté relacionado con los miacis. Estos pequeños
carnívoros de los bosques aparecieron hace alrededor de 60 millones de años y
tenían la velocidad y la talla de las jinetas actuales, con un cuerpo alargado
y una larga cola. Quedan pocos fósiles en el hemisferio norte.
El origen de los felinos está mal documentado
en el registro de los fósiles ya que los antepasados de los félidos vivían
normalmente en zonas tropicales, que no ofrecen buenas condiciones de
fosilización. Las especies desaparecidas consideradas más cercanas al
antepasado de los felinos serían el proailurus (pequeño carnívoro europeo y
arborícola aparecido hace 40 millones de años) y el pseudaelurus que vivía hace
de 8 a 20 millones de años en Europa y en Asia, y de los que se apartaron los
felinos actuales hace 10,8 millones de años.
Durante el oligoceno, los félidos se
repartieron en dos subfamilias. La primera era de la clase Nimravidae, y la
segunda de la Felidae. Es en esta última clase donde se encuentra el antepasado
común de los félidos actuales, el proailurus. Durante el mioceno, los
descendientes de este último, los pseudaelurus, se diversificaron y entraron en
África y América.
Unos diez millones de años a. C. formaron la
raíz de los félidos modernos, favorecidos por las estepas y las sabanas, ricas
en presas herbívoras. Es en esta época cuando aparecieron los félidos de
caninos largos, que vivirían hasta el año 10 000 a. C. El linaje de pequeños y
grandes felinos aparece hace cinco millones de años; originarios de Asia, se
dispersan por todo el mundo en el plio-pleistoceno, excepto en Australia y
Madagascar.
El gato doméstico pertenece al género Felis
desde que Carl von Linneo describió por primera vez en 1758 como Felis catus en
la trigésima edición de Systema naturae, pero su posición en la clasificación
de los seres vivos cambió mucho.
En 2006 se realizaron trabajos sobre los
cromosomas sexuales y el ADN mitocondrial de todas las especies de felinos, conjugados
a investigaciones paleontológicas, que revelaron que el linaje del gato
doméstico (Felis catus) ha divergido verdaderamente hace 3,4 millones de años,
en el plioceno, en los desiertos y bosques densos de la cuenca mediterránea. En
2007 se llevó a cabo otro estudio molecular sobre 979 individuos de gato de las
arenas y de gatos salvajes de diferentes sub-especies en el que el gato
doméstico ha permitido mostrar los vínculos entre el gato salvaje africano
(Felis silvestris lybica) y el gato doméstico: éstos se habrían separado hace
alrededor de 130. 000 años.
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